sábado, 29 de septiembre de 2007

Sebastian Acevedo en la memoria



Fué nuestro vecino, nuestro amigo, nuestro compañero. Compartimos como familias amigas, las alegrías de los avances del gobierno de Salvador Allende, muchas y larguisimas conversaciones sobre el presente y futuro, su casa era una bibioteca que nutrió nuestra avidez de conocimientos, muchos de sus libros pasaron por nuestras manos. Estuvimos tambien acompañandolo en su momento mas terrible, cuando recorria comisarias, cuarteles y golpeaba todas las puertas buscando saber el paradero de sus hijos Maria y Galo, detenidos y en manos de la temible CNI. Sufrimos y lloramos su Inmolación en la Plaza de Concepción, dandole una lección a todo el mundo de lo que es el amor de un padre por sus hijos. Su sacrificio no fué solo por ellos, sino por todos los perseguidos, torturados y asesinados en nuestro país. Para nosotros era un compromiso y un deber estar presente en el Homenaje que se hizo en su población el 11 de noviembre de 2006.

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